La era sin victorias de Ricardo Gareca al mando de La Roja llegó a su fin tras una racha de ocho partidos consecutivos sin ganar. Aunque el último encuentro frente a Venezuela significó una luz de esperanza con un triunfo emocionante y lleno de goles, no fue suficiente para revertir los malos resultados que marcaron su proceso como técnico de la selección chilena. A pesar de salir del último lugar de la tabla, el desempeño general del equipo no cumplió con las expectativas.
En el duelo contra la Vinotinto, Chile mostró una actitud renovada que permitió romper con la sequía de triunfos. El equipo, que comenzó perdiendo, logró dar vuelta el marcador gracias a los goles de Eduardo Vargas, Gabriel Suazo y un brillante doblete de Lucas Cepeda, quien se estrenó como goleador con La Roja en una noche inolvidable.
El partido, disputado en casa, tuvo un primer tiempo lleno de tensión, con la presión de un público ansioso por celebrar una victoria después de tantos meses. Venezuela sorprendió abriendo el marcador, pero Chile reaccionó con determinación, liderado por una mezcla de experiencia y juventud que marcó la diferencia en el campo de juego.
Con este triunfo, Chile abandonó el sótano de las Clasificatorias rumbo al Mundial 2026, recuperando esperanzas de mantener viva la lucha por un cupo en la cita planetaria. Sin embargo, los números de Gareca pesaron demasiado: dos triunfos en once partidos sellaron su destino y llevaron a la ANFP a tomar la decisión de finalizar su contrato.
El técnico argentino reconoció los desafíos de su gestión y aceptó que los resultados no estuvieron a la altura de las expectativas. “Fue un honor dirigir a este equipo, pero lamentablemente los objetivos no se cumplieron”, declaró al término de su último partido.
Ahora, la selección chilena enfrenta un nuevo desafío: encontrar un estratega capaz de revitalizar al equipo y consolidar talentos como Lucas Cepeda, mientras la hinchada espera que el cambio de mando sea el inicio de una etapa más prometedora para La Roja.
