Un golazo que no solo abrió el marcador, sino que también reventó el Estadio Monumental y encendió la pasión de los albos fanáticos.
La tremenda victoria de Colo Colo 3-1 Boca Juniors
Un gol con una celebración titánica
En un partido crucial por la Copa Libertadores 91 ante Boca Juniors, con el Monumental a reventar, Rubén Martínez demostró su categoría. El balón llegó a los pies de Martínez, quien, con una sutileza que contrastaba con su potencia, controló el balón con el pecho y, sin dejarlo caer, sacó un zurdazo cruzado que se incrustó en el ángulo superior izquierdo del arco xeneize.
¡Rubén Martínez! ¡Rubén Martínez!
Un verdadero golazo para abrir el marcador. La jugada nace de un pase profundo de Barticciotto hacia Mendoza, quien con un toque sutil devuelve el balón al capitán albo. Barticciotto, con su visión de juego característica, realiza un pase filtrado a la espalda de la defensa, encontrando a Martínez en una posición inmejorable dentro del área.
Con una zurda exquisita, Martínez conecta de primera intención el balón, enviándolo a un rincón imposible para el arquero rival. Un golazo de antología que desató la euforia en el Monumental. La combinación de velocidad, precisión y potencia en este gol demuestra por qué Martínez era considerado uno de los mejores delanteros de su generación.
Tricampeón y leyenda de América
1991 fue el año de la consagración para Rubén Martínez. Además de ser fundamental en la obtención de la Copa Libertadores con Colo Colo, donde anotó goles cruciales como el que le convirtió a Boca Juniors en semifinales, el delantero logró por tercera vez consecutiva el título de máximo goleador del fútbol chileno.
La marca de tres títulos consecutivos como goleador del fútbol chileno es un hito que hasta el día de hoy pocos han podido igualar. Rubén Martínez se convirtió en un ídolo para los albos fanáticos y en una referencia para las futuras generaciones de delanteros chilenos.
