El 29 de marzo de 2022, la selección chilena cerró su participación en las Eliminatorias Sudamericanas para el Mundial de Catar con una derrota por 2-0 frente a Uruguay en Santiago. Este resultado confirmó la ausencia de La Roja en su segunda Copa del Mundo consecutiva, después de no haber logrado clasificar tampoco para Rusia 2018. Ahora, en las Eliminatorias para 2026, el equipo chileno enfrenta el riesgo de un tercer fracaso consecutivo, ya que actualmente ocupa la última posición en la tabla.
Aquel partido de 2022 representó un duro golpe para los chilenos. El equipo necesitaba ganar y, además, dependía de derrotas de Colombia y Perú para mantenerse con opciones. Sin embargo, Perú superó al Paraguay y aseguró el quinto lugar, lo que le permitió disputar el repechaje. Uruguay, por su parte, ya clasificado, consolidó su buen momento con goles de Luis Suárez y Federico Valverde. Suárez, con un gol de bicicleta, se convirtió en el máximo goleador de las Eliminatorias de la Conmebol con 29 tantos, superando a Lionel Messi.
Durante el encuentro en el Estadio San Carlos de Apoquindo, Chile se mostró ansioso en su búsqueda del gol, con Alexis Sánchez y Arturo Vidal intentando desde fuera del área, pero sin éxito. Mientras tanto, los uruguayos exhibieron serenidad y precisión, sellando una victoria que evidenció la diferencia en el nivel de ambos equipos.
Con esta eliminación, La Roja quedó fuera de Catar 2022, marcando una etapa de declive tras la época dorada de la selección que ganó dos Copas América consecutivas en 2015 y 2016. Ahora, en noviembre de 2024, el panorama es aún más sombrío, ya que Chile ocupa el último lugar en las actuales Eliminatorias, encendiendo las alarmas para el futuro del fútbol chileno. Si no logra una remontada histórica, el equipo podría sumar tres ausencias consecutivas en Copas del Mundo, algo inédito desde los años 70.
Este escenario invita a la reflexión sobre los desafíos estructurales del fútbol chileno, que parecen haberse profundizado en los últimos años. La ilusión de volver a los grandes escenarios internacionales sigue siendo un desafío monumental para La Roja.
